Un club con
olor a mar
El Club Natació Badalona, fundado en el año 1929, está consolidado, con cerca de 2000 socios, como la segunda entidad más grande de nuestra ciudad.
Su impulso y dinamismo, tanto en el aspecto social como en el deportivo, lo han convertido en un referente obligado del asociacionismo badalonés. Es una de las entidades más antiguas de Badalona, con más de setenta y cinco años de historia, y su arraigo es tal que todo el mundo nos conoce familiarmente con el nombre genérico de «El Club», convertido en nombre propio sin necesidad de más adjetivos.
En Badalona, cuando se habla «del Club», todo el mundo sabe que nos referimos al Club Natació Badalona.
Nuestra entidad fue fundada en el lejano 1929, según nos ha llegado por tradición oral, por un grupo de amigos que se reunían en la peluquería Can Minobis de la calle Sant Isidre. Sin embargo, los primeros Estatutos del Club Natació Badalona datan, según sello del Gobierno de la Provincia de Barcelona del 28 de mayo de 1930.
Por la misma vía nos ha llegado que uno de los primeros actos que ese grupo de amigos celebraron fue un baile social, el sábado anterior a San Juan, buscando coincidir con el solsticio de verano. Por lo tanto, podemos considerar la fecha del 22 de junio como el aniversario de nuestra entidad.
Desde entonces hasta hoy en día, los hombres y mujeres que han estado al frente no han dejado de trabajar para conseguir pequeños y grandes hitos que nos han llevado a ser la segunda entidad de Badalona.
Como se ha escrito en otras ocasiones, la idea de fundar el Club se forjó en la barbería de Can Minobis, en la calle de Sant Isidre. Joan Vilà i Güell fue circunstancialmente el primer presidente, y lo acompañaron los Solernou, Josep Artieda, Josep Minobis, Joan Petit, Marcel Giró, Lluís Mongé, Enric Farreras, Enric Alenyà, Lluís Carbó, Agustí Alsina, Gabriel Bigas y otros que fueron pioneros de ese club, iniciado como una gran caseta de baños.
Joan Vilà i Güell, un empresario textil de la calle de Sant Isidre, fue entonces el primer presidente. Su permanencia en el cargo fue efímera, ya que al dejar de vivir en Badalona se desconectó totalmente del Club.
Desde principios de enero de 1932 hasta octubre de 1933, lo fue Joan Solernou Enrich. Era un señor bajito que vivía al lado mismo del Club. Su esposa era alemana y tenían unas hijas gemelas, las simpáticas Maria y Pepi, que durante muchos años fueron socias del Club.
A Solernou le sucedió Francesc Amat el 24 de octubre de 1933. Durante la presidencia de Amat, le sucedió Enric Alanyà Altés, durante cuyo mandato se produjo el traslado desde el primitivo local que hoy ocupa Banys El Pescador hasta uno más amplio, situado al lado de donde entonces estaba la antigua lonja de los pescadores y que más tarde sería la piscina municipal al aire libre.
Él fue quien organizó las interesantes clases de educación física aplicada a la natación, que impartió el profesor alemán Martin Herbolzheimer, luego campeón de España de saltos de trampolín, representando al Club Natació Barcelona.
El 24 de marzo de 1936 es presidente Gabriel Bigas Grau, padre de Lluís Bigas y suegro de Josefina Salvador, ambos socios que siempre fueron muy activos en el Club.
En mayo de 1937 se hace cargo Francesc Albesa Royo. Trabajaba en la Bomba Prat y su gran afición era la pesca. Con su popular barca controlaba las carreras de natación, las travesías… Por cierto, sus dos hijos, Càndid y Quimeta, destacaron en su momento como nadadores del Club.
Llega el año 1940 y el primer presidente de la posguerra es Juli Nyssen Vicente. Ya había colaborado en juntas anteriores, desde el cargo de tesorero. ¿Qué podríamos decir de él que no fuera en términos elogiosos? Decían de él que nunca se había discutido con nadie, tal era su natural bonhomía y «savoir faire».
El 12 de octubre de 1943, Lluís Mongé Ferrer es proclamado presidente, cargo que ostenta hasta mayo de 1947. Veinte años después, el 20 de junio de 1967, volverá a ser elegido en unas disputadas elecciones. Fue un abnegado presidente, aunque sus preferencias se inclinaban hacia la vela. No en vano fue, junto con su hermano Emili, el proyectista del primer patín de vela oficial y varias veces campeón de Cataluña y de España en esta especialidad. Junto con Jack Vidal, fue uno de los principales instigadores de la construcción del nuevo edificio social, inaugurado en el año 1966.
Con motivo de la celebración, en 1979, del cincuentenario de la fundación del Club, Lluís Mongé fue nombrado Presidente de Honor de la Entidad. Debido a su precario estado de salud, el acto de entrega íntimo y muy emotivo tuvo lugar en su domicilio, al cual acudieron la junta, presidida por Pere Parés, y un grupo de amigos.
El 7 de mayo de 1947, Jaume Pons Collado asume la presidencia del Club. Con su currículum de excelente nadador y navegante en patín a rem, se convierte en el hombre todo terreno que lleva el timón de la entidad con entusiasmo. Tanto se le podía ver intentando resolver un problema delicado, como subiéndose en una escalera para dar cuerda al reloj del local. ¡Se mantiene como presidente durante 12 años! De 1947 a 1959. Todo un récord hasta ese momento.
Los tiempos, sin embargo, evolucionan. Un pequeño núcleo social es consciente de que el edificio es viejo, se ha quedado pequeño, no tiene piscina ni hangar para patines… Se necesitan renovaciones en varios sectores, y uno de ellos es la presidencia, si se quiere afrontar el desafío soñador de construir un local nuevo y moderno. Se necesitaba alguien con la imagen oficial de esa época.
Se habla con Santiago March, entonces alcalde, que ni siquiera es socio, y se lo inscribe como tal. Pons, un poco resentido, lo acepta. March aclara honestamente que siempre ha sido «futbolista» y del «Bada», pero que dará pleno apoyo a la directiva de la Entidad para que se pueda lograr el objetivo pretendido: la construcción de un flamante edificio.
En julio de 1966 se inaugura brillantemente la nueva sede. Santiago March dimite elegantemente y lo sustituye Lluís Mongé en su segunda etapa presidencial, como ya he mencionado anteriormente, después de ganar a Joan Lladó en unas igualadas elecciones.
En 1969, Joan Lladó sucede precisamente a Mongé. Identificado siempre con el Club, junto con toda su familia, y firme pilar de la Entidad, permanece en el cargo hasta enero de 1974.
Pere Parés Compte es el presidente (del 30/01/74 al 02/01/80) que contrae el compromiso de organizar el Cincuentenario de la entidad, y lo hace con singular acierto. También logró consolidar un proyecto largamente debatido, la construcción de la piscina anexa a la pista polideportiva. Gran aficionado a la vela, formó parte de la flota de patines del Club. Sus compañeros lo llamaban festivamente el Almirante.
En febrero de 1980, Salvador Duran Domínguez tomó posesión del cargo. Como ya había hecho en cargos similares en el F.C. Badalona y en el Casino de Badalona, Duran llevó a cabo una tarea económica austera y competente, que estabilizó las finanzas del Club. Además, se preocupó por el buen desarrollo de las secciones deportivas. Su dedicación le valió, al finalizar su mandato, que se le propusiera como Presidente de Mérito, distinción que la Asamblea aprobó por unanimidad.
Salvador Duran era conocido popularmente como el Tragamilles, porque, una vez jubilado, solía nadar diariamente grandes distancias en mar abierto, práctica que compaginaba con rigurosas sesiones de gimnasia.
En febrero de 1980 se produce un vacío presidencial. Como había sucedido en otras ocasiones, no era fácil encontrar un nuevo presidente. Se propuso a un socio competente, aunque no era un activista: Agustí Falcó. Con toda franqueza y lealtad al Club, manifestó que aceptaría, pero que previamente quería contar con un exhaustivo estudio sobre la entidad. Nos desglosó el informe de este estudio a una comisión de socios veteranos. Su conclusión fue que un club de natación sin piscina era como un club de fútbol sin campo, y evidentemente rechazó nuestra propuesta. Entonces surgió providencialmente un hombre de la casa, con una gran experiencia como secretario general del Club durante largos períodos: Llàtzer Llopart Llopart. En aquellas críticas circunstancias, se presentó espontáneamente a la presidencia, en una prueba más de su estima al Club.
Nombró secretaria a su hija y trabajó de valiente, llevando el Club con ecuanimidad. Intentó resucitar el boletín social informativo con cierta periodicidad, pero no lo logró por dificultades económicas.
Artur Serra Roura asume la presidencia en febrero de 1987, y es reelegido nuevamente para el período 1991-95, después de ganar al otro candidato, Josep Serra March, por amplia mayoría, en unas elecciones bastante caldeadas.
Durante sus ocho años de mandato, Artur Serra se entregó totalmente a la entidad, atendiendo con eficiencia las secciones deportivas. En la faceta social, instauró por primera vez en la historia del Club la distinción Emblema de Oro (y entrega de diploma) para los socios y socias con 50 años de vinculación ininterrumpida a la entidad. La primera entrega se efectuó el 17 de febrero de 1989 y fueron distinguidos 22 miembros (15 socios y 7 socias), en el curso de una brillante fiesta social. Desde entonces, se han seguido entregando anualmente estos emblemas. En una emotiva ceremonia celebrada en el transcurso de la Asamblea General del año 1996, Artur Serra fue nombrado Presidente de Honor de la Entidad.
Tras finalizar la etapa de Artur Serra en febrero de 1995, tuvieron lugar las elecciones más reñidas y discutidas de todos los tiempos, que ganó por un escaso margen la candidatura de Miquel Estruch Traité frente a la encabezada por Joan Piana Pagès.
Es en esta última etapa cuando el Club adquiere su mayor dinamismo. Se aplican técnicas de gestión modernas en todas las estructuras, se cumple un ambicioso Plan General de Reformas de todas las instalaciones, se regulariza la situación laboral de toda la plantilla y se dinamiza como nunca hasta entonces la actividad social. También es durante estos últimos años cuando el Club obtiene los mejores éxitos deportivos en todos los ámbitos y se crean las nuevas secciones de triatlón y submarinismo. Asimismo, la influencia del Club se hace notar en el conjunto de su ámbito, tanto a nivel ciudadano a través de su participación activa en diferentes foros de participación, tanto municipales, como deportivos a través de la presencia y responsabilidad en estamentos federativos diversos.
La presidencia de Estruch se prolongó durante 15 años, hasta 2009, estableciendo un nuevo récord de permanencia en la presidencia. Esta etapa de quince años supuso una auténtica «época dorada» de la entidad. A nivel de gestión, se presentaron durante todos los ejercicios unos cuentas saneados que permitían al Club financiar nuevos proyectos y desarrollar más y mejores actividades. A la renovación integral de las instalaciones y regularización de los recursos humanos, hay que sumar la renovación del espacio dedicado al restaurante y el acuerdo con la cofradía de pescadores para la utilización de la antigua lonja como hangar anexo del Club. En 1998 se firmó un contrato con el Ayuntamiento de Badalona a través del cual el Club obtenía el encargo de prestar el servicio de monitorización en todas las piscinas municipales. Esto supuso una nueva fuente de ingresos para el Club que le permitió reforzar sus actividades.
En el ámbito social, el club bullía. La cifra de socios alcanzaría cifras límite para el aforo de la entidad. El calendario durante estos años se vio repleto de actividades lúdicas, festivas y también en el ámbito cultural, con concursos de fotografía, exposiciones de pintura, conciertos de pequeño formato, conferencias, debates y un largo etcétera de propuestas a los socios e invitados.
En el ámbito deportivo también fue durante esta etapa cuando el Club sentó las bases de sus mejores éxitos que llegarían pronto, tanto en el ámbito de la natación, con figuras emergentes como Mireia Belmonte, Gerard Rodríguez o Jordi Bosch que aportarían al Club varios campeonatos de España en diferentes modalidades. En el ámbito de la Vela también se lograron varios campeonatos de Cataluña y España de Patín de Vela de la mano de navegantes como los hermanos Marc y Pau Gratacòs, Carles Crespo o Albert Batllerià, así como, en la modalidad de Wind-Surf, se consiguieron campeonatos de Cataluña y España, de la mano de Toni Pijoan y Álex Carabí o el campeonato del mundo en la categoría de veteranos que logró Kiko Igual en 1999.
Otra sección deportiva que arrancó en esta época fue la de remo, que tomó vuelo de la mano de Ambròs Martínez y, rápidamente, ocupó lugares destacados en el mundo del bote catalán, con el logro de varios campeonatos de Cataluña y España.
En el momento álgido de esta actividad frenética en el Club había secciones deportivas compitiendo en las modalidades de natación, waterpolo, Patín de Vela, Wind-Surf, Triatlón, Remo y Baloncesto, con un total de más de 400 deportistas federados.
En el ámbito de la organización, el Club llevó a cabo propuestas muy ambiciosas, como el Campeonato de Cataluña de Patín de Vela de 1999, el Campeonato de España de la misma modalidad de 2001 o el Campeonato de Cataluña de Wind-Surf, o las seis ediciones que se celebraron del Triatlón Ciudad de Badalona que llegó a convertirse en cita obligada a nivel de este deporte a nivel catalán.
Como resultado de todos estos éxitos, el Club recibiría diez «Velos de Oro» otorgados por la Federación Catalana de Vela, el reconocimiento como «Club con mejor Proyección Deportiva de Cataluña» que otorgó la Federación Catalana de Natación y el nombramiento de «Mejor Entidad Deportiva de Badalona», otorgado por el Ayuntamiento de Badalona.
Al mismo tiempo, el presidente Miquel Estruch recibiría varios reconocimientos por su gestión, tanto de los estamentos federativos, como del propio Ayuntamiento de Badalona. Por su parte, la Asamblea General del Club del año 2003 quiso distinguirlo nombrándolo Presidente de Mérito de la Entidad, galardón que quiso hacer extensivo a sus principales colaboradores, que fueron nombrados Socios de Mérito. Eran sus vicepresidentes Núria Zamora, Esteve Ruiz, Pere Renom y Silveri Pareja, que conformaban el núcleo de aquella junta. Se trata
de un caso extraordinario de reconocimiento colectivo de una gestión compartida.
Problemas económicos, dificultades en el ámbito social y la gestión abnegada, sufrida y nunca lo suficientemente agradecida de un socio ejemplar e incansable (2009 – 2016)
Estruch renunció a la Presidencia del Club en septiembre de 2009, al ser elegido presidente de la sección local de Esquerra Republicana de Catalunya y entender que, por razones de ética, no era compatible ejercer ambos cargos de forma simultánea. Durante el año y pico que le quedaba de mandato, Esteve Ruiz Ribas asumió provisionalmente la presidencia. En la Asamblea general de 2010, Miquel Estruch fue nombrado Presidente de Honor del club, convirtiéndose así en la única persona hasta el momento que reúne las dos condiciones de Presidente de Mérito y Honor de la entidad.
En 2010, Esteve Ruiz fue elegido nuevo presidente de la Entidad, con un proyecto continuista de la junta anterior de la que él había sido uno de los principales gestores en el área económica. Desafortunadamente para él, su equipo y, por tanto, para el propio Club, les tocó gestionar la entidad en uno de los momentos más difíciles a nivel internacional debido a la grave crisis que apenas había comenzado dos años antes y que trajo graves consecuencias a toda nuestra sociedad y, por ende, también al Club. Fue en este año cuando, a pesar de la delicada situación, el Club logró organizar, con gran éxito, el Campeonato de Europa de Patín de Vela.
A pesar de la gran dedicación de Esteve y sus esfuerzos, el Club no pudo evitar entrar en la espiral de la crisis general y se vio afectado por dos graves problemas. El primero y más importante, la disminución de socios que la crisis acarreó, y el segundo, los severos retrasos en los pagos de las facturas de monitorización que el Club presentaba al Ayuntamiento, el cual, con la tesorería muy mermada, no podía atender a sus debidos vencimientos, acumulando así una fuerte deuda con el Club que llegó a desequilibrar su situación financiera.
A pesar de estos inconvenientes, Esteve Ruiz y su equipo aún lograron consolidar el proyecto de Escuela de Vela que se había quedado a medias durante la etapa anterior y que se pudo desbloquear y poner en marcha en 2012, con un gran esfuerzo económico por parte del Club, en unas condiciones que parecían imposibles. Finalmente, el Club se vio obligado a desistir de presentarse a la renovación del contrato de monitorización con el Ayuntamiento debido a la inseguridad y baja rentabilidad que suponía, dadas las fuertes cargas financieras que había que asumir. Fue una decisión dolorosa pero valiente que debe ser aplaudida.
A pesar de las graves dificultades de gestión de esta época y la disminución de socios y actividades, el Club aún logró cosechar éxitos deportivos, tanto en el ámbito de la natación, logrando algunos campeonatos de Cataluña y España, como en el de Patín de Vela, con nuevos campeones de Cataluña, España y Europa, así como en el del remo, con el bote catalán.
Es por todo esto que la superación de esta época tan difícil debe agradecerse a la abnegación desinteresada y valiosa del presidente Esteve Ruiz, que al finalizar su mandato en 2016, estableció un récord de dedicación al Club que difícilmente podrá superar nadie, ya que su participación en las juntas de los presidentes Salvador Duran (4 años), Artur Serra (8 años), Miquel Estruch (15 años) y la suya propia (7 años), suma un total de 34 años de dedicación a la Entidad. El listón es tan alto que ni se vislumbra. El Club siempre estará en deuda con Esteve.
El año 2016, después de su renuncia a presentarse nuevamente, hubo nuevas elecciones en las que compitieron dos candidaturas con proyectos similares y perfiles de gestión parecidos propuestos por dos equipos de personas jóvenes. Uno de estos proyectos lo lideraba Penny Ramírez, socio de toda la vida de la Entidad, gran deportista y licenciado en INEF, que aportaba una visión de la gestión mucho más profesionalizada en relación a los proyectos anteriores. La otra candidatura estaba liderada por otro socio perteneciente al grupo de las llamadas «familias históricas» de la Entidad, Marc Estruch Vivan, ingeniero informático, hijo del expresidente Miquel Estruch.
La candidatura de Estruch hijo resultó ganadora y tomó el relevo a la de Esteve Ruiz, para hacerse cargo de un Club en una situación económica y social francamente delicada. La Historia nos dirá, más adelante, cuál habrá sido el resultado de su gestión que todos deseamos sea exitosa.